Las funciones del docente cambian cuando debe
desarrollar sus actividades en un entorno virtual, que además deja de tener
limitaciones geográficas, físicas, temporales y que tiende a dar respuesta a
grupos de alumnos cada vez más heterogéneos y diversos, por lo que debe definirse su tarea profesional así como las funciones que deberá asumir en el
desarrollo de ésta. El hecho de que el docente tenga una actitud positiva o
negativa a la hora de desarrollar su tarea en entornos tecnológicos estará
condicionada por: La infraestructura de comunicaciones de que disponga. El
espacio disponible en su centro habitual de trabajo que permita la fácil
integración de la tecnología. Su preparación para el uso de esta tecnología. La
disponibilidad del docente para una formación permanente. El
docente aporta habilidades para poder realizar una orientación didáctica para
la comprensión y aplicación de los contenidos abordados, motivando al
estudiante a través de una comunicación de doble vía, creando una relación
amistosa y sentimientos personales mediante un discurso electrónico, en
coherencia con los objetivos didácticos y el contenido.
La
formación inicial y permanente del profesorado en materia de tecnología es
fundamental para garantizar su perfecta adecuación al entono educativo en el
cual deberá desarrollar su tarea docente. Debido al rápido y permanente avance
de la tecnología, deberemos tener en cuenta que proporcionar a los futuros docentes,
desde los planes de formación, un buen conocimiento de base sobre el uso de
algunas herramientas de software, no asegura que sean capaces de usarlas TIC en
el proceso de enseñanza-aprendizaje. Ello dependerá de si pueden encajar los
nuevos medios en sus actuales prácticas y creencias acerca de los métodos de
enseñanza de su materia.